Los
criticos
RESCATEMOS
AFRICA
Es
evidente los grandes desafíos que tienen todos los países (sobre todo los que
están en “vías de desarrollo”) por resolver: pobreza, empleo, seguridad,
educación, salud, etc. Sin embargo, cuando no solo se habla de un país, sino de
un continente casi completo, como lo es África, es aún más preocupante; y es
que no basta con distribuir millones de despensas mensualmente por parte de
organismos internacionales como la ONU, FMI, BM o depositar en cuentas
internacionales millones de euros y dólares para que puedan satisfacer por unos
cuantos días la hambruna que se vive, y es que pobres no solo hay en África
sino en muchas partes del mundo, pero es en este continente donde por lo menos
hay 20 países africanos que literalmente están muriendo de hambre. En este problema
de interés global, pueden influir muchos aspectos, pero si analizamos bien la
situación el desarrollo económico puede ser el principal factor de esta anomia
social. Empecemos primero diciendo que África es el continente menos
industrializado del mundo, por lo tanto menos explotado en cuanto a recursos
naturales, segundo, su población se alimenta en esencia de la caza y la
recolección aun (y no estamos en tiempos ancestrales), y si a esto le anexamos
que tienen una economía incipiente, con déficit de empleos altos, pues estamos
frente a un gran problema, no solo en el aspecto social, sino también
estructural.
África
es un continente, enorme, que pide a gritos industrializarse, pero realmente
¿quiénes serán los valientes que se atrevan a invertir ahí? Si cuando decimos
África se nos viene a la mente: desiertos, hambre, pobreza, y más cosas
negativas que positivas. Si los países en los organismos internacionales quieren
ayudar de verdad, deben hacer que la globalización llegue hasta esos países, y
con esto me refiero a economías de mercado, empresas transnacionales, que
combatan la vida rural de esos países, que exploten sus recursos naturales,
para crear empleos, que por fin las telecomunicaciones conecten esa parte del
mundo con el resto, son posibles alternativas para atacar el problema del
hambre en áfrica, que es sin duda un problema social, pero que desde el aspecto
económico y político se puede ayudar a resolver.
La
realidad Africana es dramática, más de trescientos millones de personas viven con menos de un dólar al día,
treinta millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición y el 43% de la población no tiene agua
potable. Estas cifras sin duda son muy alarmantes, ver a hombres, mujeres y
niños desnutridos y enfermos, es solo parte de la cotidianeidad con la que
viven esas personas.
Por
si fuera poco, además de ser la región más pobre del mundo, sufre las
consecuencias de tener los índices más altos
de contagios de SIDA, la esperanza de vida se ha rebajado de 49 a 46 años de
vida a causa de esta enfermedad. África registra el 70% de los casos de
SIDA del mundo, con más de 2,2 millones
de muertes al año. Otro problema importante es la escasez de agua, situación
que se agrava con las fuertes sequias y la mala administración hídrica.
La
sequía trajo muchas consecuencias para los pobladores, cómo las hambrunas y las
millones de enfermedades que afectan todos los días a los habitantes de África.
Sin duda los que pretenden ayudar a este continente han demostrado falta de eficiencia total, mientras que se
lee este texto mueren cientos de niños, y no se ven los esfuerzos de nadie para
frenar esta gran pobreza que azota este continente tan bello.
Para
finalizar, no basta con hacer conciencia del problema, sino crear políticas
sociales y económicas eficientes para combatirlo, las potencias deben actuar
como tal, uniendo ideologías encaminadas al bien del continente africano. No
porque sean casas de beneficencias si no porque la gran mayoría le deben su
desarrollo cuando exportaban mano de obra barata, como esclavos para que
trabajaran en sus industrias, es el momento de retribuir poco de lo mucho que
les ha dado esa gente al mundo.
Por Alba, Cristal, Belem, Diana, Felipe, Claudio y Angel
No hay comentarios:
Publicar un comentario