Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Alumno: Manuel Guzmán Sánchez
Materia: Taller de
Ensayo Político
Profesor: Beatriz Barrios Hernández
Tema: “Economía verde del mundo”
Ciclo escolar
Primavera 2014
Heroica Puebla de Zaragoza a 20 de abril de 2014
Tema:
“Economía verde del mundo”
La economía verde, en cuanto estrategia de
superación de la crisis o hacia algún aumento de la misma economía, no parece
orientarse hacia un modo de vida radicalmente diferente del actual, sino hacia
una profundización de las formas de producción y consumo dominantes hoy en el
mundo, que generan desigualdades entre países y pueblos.
La inversión en tecnologías amigables con
el medio ambiente es un nuevo modo para impulsar la economía de cada país en
distintos sectores, en primer punto es un generador de empleos de los cuales
por las recientes crisis son empleos perdurables y que difícilmente caen en
crisis; en segundo punto aquella inversión de cada país se ve reflejada
posteriormente en mejoras de sus servicios públicos como alumbrado y agua
potable, con lo cual esos gastos generados por tales servicios se disminuyen
drásticamente pudiendo invertirlos en otras cosas; por ultimo al implantar
estas tecnologías estaríamos reduciendo todo tipo de contaminación la cual
genera el calentamiento global.
Muchos de los temas que agobian a las
sociedades modernas tienen que ver con los problemas ambientales que existen
tanto en cada país como a nivel global. Por ello al
impulsar la economía verde es la solución contra la crisis global, tanto
económica como ambiental. En esta tarea algunas naciones hacen más esfuerzos
que otras, según un estudio que evalúa a los estados más avanzados del mundo en
economía verde. El Índice Global
de la Economía Verde señala a los países del mundo que más esfuerzos realizan
en incorporar prácticas ambientales sostenibles en sus economías, por lo que
existen países que destacan por su economía verde. La importancia de una
Economía Verde, este esfuerzo colectivo tiene como finalidad preservar la
naturaleza, mientras logra crecimiento y fomenta el desarrollo sustentable.
El
PNUMA define como Economía Verde aquella que resulta del “mejoramiento del
bienestar humano e igualdad social, mientras que se reduce significativamente
los riesgos medioambientales y la escases ecológica”. A la luz de esto, una
Economía Verde comprende dentro de sí los aspectos económicos, socio-políticos
y medioambientales del desarrollo. En forma sencilla, la Economía Verde es
aquella que produce bajas emisiones de carbono, usa los recursos eficientemente
y es socialmente incluyente.[1]
La
economía ambiental tiene mucho que ofrecer en términos de los diagnósticos que
pueden realizarse en relación con los procesos que degradan y contaminan el
entorno natural, así como en términos del diseño y ejecución de políticas e
instrumentos para la solución de los problemas ambientales.
A
partir de 1970 la economía ambiental empezó a desarrollar una serie de
herramientas teóricas, marcos conceptuales, metodologías y técnicas, que han
terminado por integrar un verdadero cuerpo teórico sobre los problemas del
ambiente y el desarrollo. En la segunda mitad de la década de 1980 y principios
de la década de 1990 se inició un segundo gran cambio caracterizado por el
surgimiento del desarrollo sostenible y la discusión se centró en la
posibilidad de alcanzar el crecimiento sin destruir el ambiente.
Se
debe tomar en cuenta a el medio ambiente como oferta y restricción dinámica al
desarrollo, la viabilidad natural y social en el largo plazo, la dimensión de
la tecnología y el consumo como mediadores entre el hombre y la naturaleza, y
al revalorar la importancia de la diversificación, de lo regional y lo
autóctono.
La
biodiversidad tiene dos tipos de valores: el extrínseco (utilitario) y el
intrínseco o inherente. El primero es asignado por la gente a los recursos, de
acuerdo a su capacidad para satisfacer necesidades como alimento, vestido,
medicina, etcétera, y también está en función de la economía y de los
mecanismos mercantiles. El valor inherente es el que reconocen los ecólogos,
biólogos y ambientalistas, para quienes cada especie es única y forma parte del
patrimonio biológico. Este principio es de vital importancia, pues busca la
protección de la naturaleza a través de un uso racional.
La
necesidad de considerar al recurso natural como un complejo sistema de
interacciones entre la configuración social y la natural, el que debe ser
comprendido y analizado con referencia a un determinado contexto. El desarrollo
de un ecosistema, conocido como sucesión ecológica, pasa por etapas con
propiedades funcionales y estructurales totalmente distintas, algunas de muy
corta duración. Solo en determinadas etapas de su desarrollo el ecosistema
recurso ofrece bienes y servicios con las propiedades que la sociedad valora
como bienes utilizables, por lo que la sociedad le da el valor a aquellos
recursos de la naturaleza por su tipo de uso, cuanto de este material existe y
que tan rápido se da su renovación o producción del mismo; entonces aquellos
negocios que ocupan métodos o tecnologías renovables y ecológicos, no tienden a
variar tanto sus precios por aquellos productos que fabrican.
La interacción
naturaleza-sociedad se recrea cíclicamente en el proceso de producción, pero se
expresa también de forma acumulable en una historia social manifiesta en la
cultura en la cultura, en la perdurabilidad de los ambientes artificiales
construidos por el hombre, en la dinámica de las organizaciones políticas, en
las funciones cambiantes y contradictorias que asume el Estado.
Entre
los años 2003 – 2010, los emprendimientos relacionados con la economía limpia
crearon medio millón de empleos nuevos, la economía limpia es una de las
actividades que más están creciendo de forma lenta y sostenida, así como
también es de las mejores pagas, ya que tienen una proyección internacional muy
interesante; y se puede recalcar que Durante la recesión del 2008 a la fecha,
la economía verde mantuvo su desempeño, a diferencia que otras ramas de la
industria de corte tradicional.
La
crisis financiera y económica por la que atraviesa la economía global ha puesto
en el centro del debate la forma en que deberá presentarse la recuperación.
Cada vez hay más voces que a nivel gubernamental y de los actores de la
sociedad civil que consideran a la economía verde como la mejor alternativa
para retomar el rumbo de un crecimiento.
Los
gobiernos desempeñan un papel determinante a la hora de facilitar la transición
hacia una economía de bajo carbono. Por ejemplo, el día en que se introduzca un
impuesto sobre las emisiones de carbono, las empresas tomarán todas sus
decisiones teniendo en mente su huella de carbono. Somos fervientes partidarios
de un impuesto sobre las emisiones de carbono, y creo que este es el factor que
mayor influencia va a tener sobre las empresas.
La
Iniciativa para una Economía Verde está diseñada para asistir a los gobiernos
en el "reverdecimiento" de sus economías mediante la reestructuración
y la reorientación de sus políticas, inversiones y gastos hacia una gama de
sectores, tales como las tecnologías limpias, las energías renovables, los
servicios de agua, el transporte verde, el tratamiento de los desechos, la
edificación verde y la agricultura y los bosques sostenibles. El
reverdecimiento de la economía se refiere al proceso de reconfigurar las
actividades comerciales y la infraestructura para entregar mejores rendimientos
en las inversiones de capital natural, humano y económico, a la vez que reduce
las emisiones de gas de efecto invernadero, con menos extracción y uso de los
recursos naturales, la creación de menos desechos y la reducción de las
discrepancias sociales.
Este
enfoque debería generar los incentivos adecuados y un marco institucional adecuado
y legal para promover una economía baja en carbono y eficiente de los recursos
a través del impulso de la inversión y la innovación.
Carlos
García Cartagena, director de Planificación, Cooperación y Desarrollo de Fondo
Marena, explica que la economía verde orienta las inversiones hacia las áreas
de energía renovable, arquitectura bioclimática, sistemas de transporte y
producción agrícola sostenibles, con el objetivo de conseguir un sistema
económico sostenible y lograr la equidad intergeneracional.[2]
El papel de la tecnología en la economía verde
es central: medio siglo después del nacimiento del movimiento ambiental
moderno, para esta vertiente del pensamiento todos los problemas sociales
parecen exigir no tanto políticas como soluciones tecnológicas. Es posible
acabar con la dependencia de los recursos naturales y solucionar el problema
climático a través del desarrollo de tecnologías.
Según Herrera (1977), existen dos tipos de
recursos, y he aquí donde interviene la tecnología, se refiere a los recursos
vírgenes y los recursos reciclados, se refiere a aquella materia prima que va a
ser procesada por primera vez (recursos vírgenes) y al material recuperado como
materia prima después de haber sido utilizado (reciclado). Este autor también
destaca que “la tecnología que ha mostrado su capacidad para extraer recursos
de los cuerpos geológicos más diversos, también puede recuperar materiales que
hayan sido ya usados una o más veces por el hombre”.[3]
La
globalización tiene mucho que ver en la interrelación que está teniendo la
economía y la ecología; ya que puede entenderse como la mundialización de las
culturas, la política, la economía, es decir: su integración en el plano
internacional, apoyada por la rapidez con que funcionan las telecomunicaciones
y la informática. Los factores que moldean o catalizan las transformaciones de
un país, en el sentido social, económico, político y ambiental, se derivan de
este fenómeno y de las constantes tendencias a homogeneizar los patrones de conducta
a nivel regional o mundial.
La
globalización de la economía es fácilmente apreciable en los tratados
comerciales, ya que pretende la estandarización en los diversos sectores de la
sociedad a fin de ofrecer, vender y adquirir bienes de consumo en común. Así
pues, la integración económica tiene repercusiones ambientales y también
culturales.
Los
principales elementos que se buscan llegar a obtener mediante una economía
verde se pueden resumir en la ruta de crecimiento verde que conforman los objetivos
o fines a los que se espera llegar:
•Crecimiento económico sostenido y sostenible
•Impulso de la competitividad presente y futura
•Gestión sostenible del capital natural
•Reducción de emisiones de manera costo‐eficiente
•Seguridad de recursos (agua, alimentos y energía)
•Innovación y la adopción de tecnologías verdes
•Creación de empleos “decentes”
•Inclusión social y reducción de la pobreza.
Existen programas que nuestro país ha llevado a
cabo durante los últimos años con lo cual se está fomentando una cultura
ecológica y al mismo tiempo que se impulsa la economía verde, los principales
programas que se llevaron a cabo fueron; el programa de luz sustentable: que
consiste en reemplazar alrededor de 47 millones de focos incandescentes por focos
ahorradores y reducir así en 18% el consumo doméstico de electricidad, este
programa consistía principalmente que los pobladores llevaran sus antiguos
focos a tiendas participantes con su recibo vigente de luz, con lo cual se les
intercambiarían por focos ahorradores de energía (este programa apoyo tanto al
sector empresarial con la compra de los focos ahorradores fomentando la
economía como a los pobladores que tuvieron un menor consumo de este servicio) .
También otro fue el programa de sustitución de electrodomésticos para el ahorro
de energía, que busca sustituir refrigeradores y aires acondicionados con más
de diez años de antigüedad con aparatos nuevos para disminuir el consumo y
aumentarla eficiencia, este programa principalmente además de ayudar a los
pobladores a disminuir su consumo de electricidad también ayuda al ecosistema
quitando o dejando fuera de servicio esos electrodomésticos que dañan tanto al
medio ambiente con sus grandes emisiones de gas que producen.
Por
lo que con programas como estos no solo México, sino todo el mundo está
impulsando cada vez más la economía verde, además de que ven en ella un nuevo
camino para la producción de bienes y principalmente oportunidades o puestos de
trabajo hoy en dia.
Bibliografía:
- Herrera, A.O., (1977), “Recursos naturales no
renovables”, en ¿Catástrofe o nueva sociedad? Modelo mundial Latinoamericano,
Bariloche, Bogotá, CIID-Fundación.
- Leff, E. 2000. “los problemas del conocimiento
y la perspectiva ambiental del desarrollo”, 2° e., México, editorial siglo
veintiuno.
- En E. Leff (coordinador). Medio ambiente y
desarrollo en México, vol. 1. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Humanidades UNAM. Miguel Ángel Porrúa Grupo Editorial.
- McClung de Tapia, E. 1992, “Cambio global y
globalización: retos contradictorios para el siglo XXI”, Antropológicas 3:8-11.
- Barnés
Regueiro Francisco, 2012, “Hacia una economía verde en México”, Instituto
Nacional de Ecología y Cambio Climático.
[1] PNUMA,
Economía Verde, (en línea), 22 Junio 2012, Río De Janeiro, Brasil, http://www.unep.org/spanish/rio20/Informacion/Econom%C3%ADaVerde/tabid/102219/Default.aspx, fecha de consulta: 07 de julio de 2013.
[2]
Garcia Cartagena, Carlos, VIDA VERDE Economía verde, (en línea) 7 de febrero de
2013, http://www.listin.com.do/pagina-verde/2013/2/6/264958/Economia-verde
consultado 8 de julio de 2013
[3]
Herrera, A.O. (1977), ”Recursos Naturales no renovables”, Bogotá, CIID
Fundación. pp. 300-301
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