abstencionismo
electoral en México
El abstencionismo en
México, es uno de los temas más importantes que requieren mayor atención
teórica y práctica. El abstencionismo se ha tratado de resolver de diferentes
maneras por ejemplo haciendo el voto obligatorio por medio de multas o castigos
sociales. Un ejemplo claro es el país de Australia en donde se multa al
ciudadano que no vote con 20 dólares.
Pero también hay motivos
por los cuales no se podría obligar al ciudadano a votar, de acuerdo con
Sartori: la participación debe de ser de manera
libre, voluntaria, personal. Debe ser decisión propia del ciudadano.[1]
El abstencionismo electoral
se define como falta de participación en el acto de
votar, según Norberto Bobbio.[2]
Si bien es cierto
existen varios problemas y factores causantes del abstencionismo electoral en nuestro país (México).
Los orígenes de la
abstención, se encuentran vinculados a factores de orden político,
principalmente la confianza institucional, la pérdida de legitimidad de los
partidos y la fragilidad de los valores democráticos.
La abstención en la elección
se debe principalmente a la pérdida de confianza y la evaluación del desempeño
de la democracia.
En los
últimos quince años hemos observado una tendencia de creciente abstencionismo
en los procesos electorales, lo que resulta preocupante debido a que, quienes
resultan electos con porcentajes de participación tan escasos, ostentan
objetivamente una débil representación democrática.
Esa
debilidad democrática o falta de legitimidad en su representación política, es
el fantasma que persigue a quienes están participando ahora como candidatos.
Según los
datos del periódico el milenio. Las cifras oficiales arrojan que el abstencionismo en nuestro
país fue del 23% en 1994, mismo que se incrementó para el año 2000 a 36% y aún
más para el año 2006 en que alcanzó niveles del 41%. La tendencia creciente del
abstencionismo en estos tres procesos electorales federales es franca.[1]
[1] Norberto Bobbio, diccionario de
política, vol. I, siglo XXI editores,
México 2000, pág. 8.
[1] http://tamaulipas.milenio.com/cdb/doc/impreso/9147316
Cabe
mencionar que en los citados periodos, se incrementó el abstencionismo ha
venido aumentando en promedio el 13% anual y pese al incremento del costo de
nuestra democracia, con mayores presupuestos asignados al IFE y a los partidos
políticos año con año. Más electores y
mayor costo de nuestra democracia con menor participación electoral.
De acuerdo con el universal. Las entidades con las cifras más altas de participación fueron
Baja California Chihuahua Quintana Roo y Tamaulipas con un rango de entre 55
y 58 En contraste con las cifras más bajas están Yucatán DF Campeche Tlaxcala y
Tabasco entre 30 y 37.[1]
¿Qué podemos
o, más bien, qué tenemos que hacer para evitar el abstencionismo y fortalecer
nuestra democracia?
Cada uno de
nosotros debemos promover el voto entre nuestros familiares, amigos, compañeros
de trabajo, en redes sociales y en cualquier foro en que sea posible hacerlo;
combatir el voto nulo que solo favorece a los partidos con mayor poder de
movilización de su voto duro; o, simplemente, cumplir con nuestra
responsabilidad como ciudadanos.
Debemos de
ser ciudadanos informados, participativos, con conciencia propia y no formada
por los medios de comunicación o impuesta por alguien más, solo así romperemos
con el abstencionismo electoral, terminaremos con la ignorancia, la apatía, el
conformismo y como decía el viejo Ortega y Gasset dejar ser “hombres masa”.
Alumnas:
Grecia
contreras Pérez
Bolivia
Montaño González
[1] http://www.eluniversal.com.mx/nacion/196727.html
Bibliografía
Norberto Bobbio, diccionario de política, vol. I, siglo XXI editores, México 2000, pág. 8.
http://tamaulipas.milenio.com/cdb/doc/impreso/9147316
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/196727.html
Giovanni Sartori, La democracia en 30 lecciones, editorial
tau rus, México 2009. Pág. 35.
No hay comentarios:
Publicar un comentario