miércoles, 27 de febrero de 2013


EL CIELO ESTÁ EN CUALQUIER LUGAR.
Bailey lo era todo para Lennie: su hermana, su mejor amiga, su pilar de apoyo, su sol particular. Ahora que Bailey ya no está, que una arritmia se la ha llevado de este mundo, Lennie no sólo está de duelo, sino que su vida empieza a tambalearse y tiene que aprender a ser ella misma. Para empezar, su sexualidad se despierta de repente y el día del entierro de su hermana no puede dejar de pensar en besar a todos los chicos presentes. Luego está Toby, el novio de Bailey, que es el único que le ofrece consuelo, aunque eso suponga acabar morreándose como dos posesos enamorados. ¿Qué pensaría Bailey de ella? Y además, también está Joe, un genio de la música recién llegado de París, que con su sonrisa «del tamaño de los Estados Unidos continentales» encandila a todo el mundo, en especial a nuestra protagonista. Por otro lado, su mejor amiga, Sarah, no sabe cómo ayudarla, aunque lo intenta casi con desesperación, pero como Lennie está igual de perdida que ella, se han ido alejando desde la muerte de Bailey.
Con personajes tan singulares como Abu y sus vestidos de flores o el tío Big, el fumeta amigo de los árboles, Jandy Nelson nos trae en su primera novela una prosa casi poética, repleta de símiles y metáforas, pero con un tono juvenil y fresco que te hace empatizar con la narradora, Lennon Walker. Además, el libro está plagado de pequeños poemas, retazos de una vida que se ha ido, que Lennie va escribiendo en cualquier superficie que encuentra y va dejando diseminados por el mundo para que alguien, cualquiera, los encuentre. Nosotros los recogemos, los leemos y, a través de ellos, conocemos al personaje que sin aparecer en el libro es uno de los más carismáticos: Bailey.
Si bien a primera vista pueda parecer un drama romántico, El cielo está en cualquier lugar es mucho más que eso. La historia de amor es secundaria; es una parte más de la vida de Lennie que ayuda a entenderla mejor. Lo principal y más fundamental es su lucha contra el desconsuelo y la resignación a que esa tristeza y ese dolor la acompañarán toda la vida. Lo que te llegará al corazón es verla reinventarse a sí misma en un mundo sin su hermana y descubriendo quién es ella en esta nueva etapa. En resumen, El cielo está en cualquier lugar es una novela conmovedora de aprendizaje y realización, de superación y descubrimiento personal, que en una página te hará reír a carcajadas y con la siguiente llorarás a lágrima viva. Es, sin duda, una de las mejores novelas del 2010.
Recuerda las enseñanzas del tío Big: «El cielo está en cualquier lugar, empieza en tus pies».
 Se para otra vez. Creo que va a seguir otro rato con lo de París... pero no es así. Levanto la vista hacia él. Tiene una cara tan seria como anoche en el bosque.
-Lennie -susurra.
Yo miro al fondo de sus ojos, donde no existe el pesar, y de golpe se abre una puerta en mi corazón.
Cuando nos besamos, veo que hay cielo al otro lado de esa puerta.
no puede creerse que no vaya a volver a verla, a abrazarla, a hablar con ella, a leer sus libros favoritos mientras caminan por la carretera o a inventar historias sobre el paradero de su madre, quién se marchó de casa cuando ellas eran pequeñas.
Ahora intenta sobreponerse del golpe con la ayuda de su abuela, a la que la encanta cocinar y pintar mujeres verdes, y su tío, un hombre al que le gusta fumar hierba y que se ha casado unas 4 ó 5 veces.
Para terminar de complicar las cosas, Lennie cada vez está más cerca de Toby, el novio de Bailey. Él la echa de menos tanto como ella, la entiende a la perfección y estando a su lado se siente más cerca de su hermana; pero por otra parte también está Joe, el chico nuevo que acaba de llegar al pueblo, del que se está enamorando, y que es capaz de parar el mundo con su música y hacer explotar de felicidad el corazón de Lennie con una simple sonrisa.
Al principio la trama me recordaba un poco a la de Saving Zoe (reseña AQUÍ), en el que la protagonista pierde a su hermana y mientras lee su diario y conoce más cosas sobre ella, comienza a sentir algo por el novio de ésta y a la vez empieza a salir con un chico de su clase. Sin embargo, en cuanto acabé de leer el primer capítulo me di cuenta de que no tenían nada que ver.
Lennie, o John Lennon, es la protagonista de esta tierna historia.
Perdió a su hermana mayor Bailey y ahora vive sola con su extravagante, extrafalario y todos aquellos adjetivos que sirvan para calificar a un científico loco fumeta, tío Big y su abuela, Abu.
Su madre las abandonó cuando eran muy pequeñas.

Además está Toby, el novio de su hermana.
Parece que sólo él comprende lo que siente Lennie, hecho que los une cada vez más y los lleva más allá de la amistad en numerosas ocasiones.

Por otro lado tenemos a la típica amiga un tanto superficial pero que, quieras o no, está siempre ahí: Sarah; al chico guapo guapísimo, encantador, perfecto, sexy y guapísimo (¿lo he dicho ya?): Joe; y a la némesis que nunca puede faltar en una novela que se precie: Rachel.
Rachel tiene poca “presencia” en la novela. Solo un par de acciones oportunas en momentos puntuales.
Sarah y Joe, en cambio, tienen un peso mayor.
Sobre todo Joe.

Zas. Zas. Zas. Las pestañas.

Medio francés y as de la música, se interesa por Lennie desde el primer momento, y no solo por su talento musical.
Ella, en cambio, tarda más en sucumbir a los encantos de Joe. Pero tampoco mucho. Unos cuantos zas zas de pestañas y ya la tiene en el bote.

Lennie tendrá que debatirse entre Toby y Joe, y las cosas no serán nada fáciles, porque Joe se entera de su pequeña aventura con el novio de Bailey. 
A todo esto, Lennie tiene que sumarle el hecho de que se resiste a dejar ir a su hermana. No consigue pasar página y se considera una segundona. 
A pesar de ello, poco a poco veremos evolucionar a la protagonista.


En El cielo está en cualquier lugar hay partes realmente divertidas:

-¿Qué? –pregunta.
-No lo sé. Está bueno. Nunca había bebido vino.
-Yo llevo toda la vida bebiéndolo. Mi padre nos lo mezclaba con agua, cuando eramos pequeños.
-¿En serio? ¡Pequeños Fontaine como cubas chocando contra las paredes!
Se echa a reír:
-Sí, exactamente. Es mi teoría de por qué los niños franceses se comportan tan bien. Se pasan la mitad del tiempo borrachos hasta los petits mignons culos.

Otras muy tristes en las que sientes que la tristeza de Lennie es la tuya, y otros en los que te quedas sin aliento.

Confieso que este libro me ha llegado al corazón.
Joe es un encanto de chico. Cualquier chica suspiraría por él.
No es el chico malo al que algunas novelas nos estan acostumbrando, pero tampoco es un mojigato.
Es el resultado de la combinación perfecta entre sexy y sensible.

-¿Estás bien? –pregunta.
-Tú ni siquiera la conocias.
Sale de mi boca, duro y acusador, sin que pueda detenerlo. Veo la sorpresa en su rostro.
-No.
No añade nada más, pero parece que no me puedo callar.
-Y tú tienes todos esos hermanos.
Esto lo digo como si fuera un crimen.
-Sí.
-Es que no sé por qué te pasas todo el tiempo con nosotros.
Siento que me empieza a arder la cara mientras la vergüenza me invade todo el cuerpo: la cuestión en realidad es por qué sigo insistiendo como una auténtica maníaca.
-¿No lo sabes? –sus ojos recorren mi cara, después las comisuras de sus labios empiezan a curvarse hacia arriba-. Porque me gustas, Lennie, está claro –me mira con gesto de incredulidad-. Me pareces alucinante.
¿Por qué le iba a parecer eso? Bailey es alucinante y Abu y Big lo son, y por supuesto mamá también, pero yo no, yo soy bidimensional en una familia en 3-D.
-Además, me parece que eres guapísima y que yo soy increíblemente soso.

Es un libro precioso, redactado de una forma sencilla pero no por ello menos especial, que recomiendo encarecidamente leer al toooooodo el mundo. 
Es de estas novelas que, si las lees, eres un poquito más feliz jajaja

Puntuación...

Para terminar, os dejo con una última cita del libro:

Un día, hace años, estaba tirada en el jardín de Abu y Big me preguntó qué estaba haciendo. Le dije que mirando al cielo. Él dijo: “Eso es un error de planteamiento, Lennie, el cielo está en cualquier lugar, empieza en tus pies”

Luis Felipe Fuente Perez

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