martes, 26 de febrero de 2013

MACARIO. BRUNO TRAVEL Este libro habla acerca de la historia de un campesino que a pesar de su pobreza era un hombre honesto, que vivía Ilse Karina Jiménez Luna en una casita de las que quizá aún se construyen de paja. Este personaje llamado Macario es uno de esos leñadores que trabajan todo el día desde antes de amanecer hasta el anochecer con un solo sueño: comerse un pavo entero él solo, sin tener que convidar si quiera un poco de su pavo pues ese era desde que recuerda su más ferviente deseo pues el tenia once hijos que mantener con su sueldo de dos reales al día a veces menos.


Su esposa también trabajaba en el día, haciendo otras labores después de hacer de comer para los niños en casa, lavaba ropa ajena y así lograba juntar unos centavos para los fines de semana poder ir a beber un poco de mezcal en la tienda, sabiendo que a su marido le vendían la mitad de lo que compraba al mismo precio; ella sabía el deseo de Macario de poder comerse el pavo, ella siguió trabajando y después de tres años el logra gozar de un delicioso pavo que le preparó su esposa pues de lo que ella ganaba lo junto para él.
Macario se sentó la mesa como todos los días pero su esposa le dijo que tomara el pavo y se fuera al bosque a comérselo el solo pues sus hijos despertarían y le pedirían un pedazo y su esposa sabía que quería el pavo para él solo, Macario se lo agradeció, no con palabras sino con la mirada, esa mirada decía mucho en ese momento. El tomo el pavo y salió corriendo pero con sus herramientas al llegar a lo más profundo del bosque se sentó bajo un árbol y empezó a comer. Al poco tiempo llego un señor vestido de charro y él lo miro al haberle pedido un pedazo de aquel delicioso manjar que tenía a sus pies pero él lo negó y el charro le ofreció una parte de su vestimenta que era de oro y de plata pura, pero Macario lo rechazó. Luego llegó un viejecito que le dijo que si le daba de comer pues él llevaba un largo viaje pero Macario le negó el pedazo de pavo deseado por aquel viejo. Después y por último llegó una persona muy delgada con una túnica muy oscura y el también le pidió un poco y al fin Macario le dijo que si y el extraño se sentó frente a él y al empezarse a conocer mientras cada uno disfruta de su mitad del pavo, el sujeto le pregunta porque a él si lo dejo comer y a los otros no, él le explica que sabían que si él le aceptaba algo a esos dos extraños una de las cosas que se le ofrecieron el no habría de disfrutar su pavo solo, y él se da cuenta que cada uno representaba a las más grandes figuras de ese tiempo Dios, el diablo y la muerte.
Su visitante se incomoda y le pregunta por qué le da al pavo y no a los otros. Macario le responde que si no le daba la mitad del pavo a él no lo dejaría comer al menos la mitad del pavo. Su acompañante lo felicita por su astucia ante ese hecho y decide dejarle ser muy rico. Fueron a un lugar seco y le dio una clase de agua cristalina que el hubo hecho brotar del suelo. Así es como se hace rico pues con esa agua curaría cualquier mal que los doctores no podrían curar. Macario se convirtió en un gran “médico” pues la muerte seleccionaba a quienes si podía curar y a quien no dándole un aviso para poder aplicar la cura solo la mitad de las veces que el acudía era para curarlos y la otra era para llevárselos. Pero uno de esos casos era de vida o muerte para Macario pues era el más famoso rey del viejo continente y su hijo sufría y si lo curaba era merecedor de la cuarta parte del tesoro del rey y además de un titulo para laborar de medico en cualquier parte de esa región y solo le quedaban unas gotas de esa mágica poción y el las quería para su familia.
La muerte había decidido y no podía cambiar de elección aunque ella así lo quisiera. Pues ya no era su decisión la otra opción era tener Ilse Karina Jiménez Lunauna muerte en la plaza del lugar y ser quemado vivo. La muerte le dijo que no lo dejaría morir así. Su mujer vio que era tarde y Macario no llegaba y fue con unos hombres a buscarlo. Fue hasta la parte más profunda del bosque. Estaba muerto y con una sonrisa en la boca pero solo con medio pavo.

Ilse Karina Jimenez Luna

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