MACARIO. BRUNO TRAVEL Este libro habla acerca de la historia
de un campesino que a pesar de su pobreza era un hombre honesto, que vivía Ilse
Karina Jiménez Luna en una casita de las que quizá aún se construyen de paja.
Este personaje llamado Macario es uno de esos leñadores que trabajan todo el
día desde antes de amanecer hasta el anochecer con un solo sueño: comerse un
pavo entero él solo, sin tener que convidar si quiera un poco de su pavo pues
ese era desde que recuerda su más ferviente deseo pues el tenia once hijos que
mantener con su sueldo de dos reales al día a veces menos.
Su esposa
también trabajaba en el día, haciendo otras labores después de hacer de comer
para los niños en casa, lavaba ropa ajena y así lograba juntar unos centavos
para los fines de semana poder ir a beber un poco de mezcal en la tienda,
sabiendo que a su marido le vendían la mitad de lo que compraba al mismo precio;
ella sabía el deseo de Macario de poder comerse el pavo, ella siguió trabajando
y después de tres años el logra gozar de un delicioso pavo que le preparó su
esposa pues de lo que ella ganaba lo junto para él.
Macario se
sentó la mesa como todos los días pero su esposa le dijo que tomara el pavo y
se fuera al bosque a comérselo el solo pues sus hijos despertarían y le
pedirían un pedazo y su esposa sabía que quería el pavo para él solo, Macario
se lo agradeció, no con palabras sino con la mirada, esa mirada decía mucho en
ese momento. El tomo el pavo y salió corriendo pero con sus herramientas al
llegar a lo más profundo del bosque se sentó bajo un árbol y empezó a comer. Al
poco tiempo llego un señor vestido de charro y él lo miro al haberle pedido un
pedazo de aquel delicioso manjar que tenía a sus pies pero él lo negó y el
charro le ofreció una parte de su vestimenta que era de oro y de plata pura,
pero Macario lo rechazó. Luego llegó un viejecito que le dijo que si le daba de
comer pues él llevaba un largo viaje pero Macario le negó el pedazo de pavo
deseado por aquel viejo. Después y por último llegó una persona muy delgada con
una túnica muy oscura y el también le pidió un poco y al fin Macario le dijo
que si y el extraño se sentó frente a él y al empezarse a conocer mientras cada
uno disfruta de su mitad del pavo, el sujeto le pregunta porque a él si lo dejo
comer y a los otros no, él le explica que sabían que si él le aceptaba algo a esos
dos extraños una de las cosas que se le ofrecieron el no habría de disfrutar su
pavo solo, y él se da cuenta que cada uno representaba a las más grandes
figuras de ese tiempo Dios, el diablo y la muerte.
Su
visitante se incomoda y le pregunta por qué le da al pavo y no a los otros. Macario
le responde que si no le daba la mitad del pavo a él no lo dejaría comer al menos
la mitad del pavo. Su acompañante lo felicita por su astucia ante ese hecho y
decide dejarle ser muy rico. Fueron a un lugar seco y le dio una clase de agua
cristalina que el hubo hecho brotar del suelo. Así es como se hace rico pues
con esa agua curaría cualquier mal que los doctores no podrían curar. Macario
se convirtió en un gran “médico” pues la muerte seleccionaba a quienes si podía
curar y a quien no dándole un aviso para poder aplicar la cura solo la mitad de
las veces que el acudía era para curarlos y la otra era para llevárselos. Pero
uno de esos casos era de vida o muerte para Macario pues era el más famoso rey
del viejo continente y su hijo sufría y si lo curaba era merecedor de la cuarta
parte del tesoro del rey y además de un titulo para laborar de medico en
cualquier parte de esa región y solo le quedaban unas gotas de esa mágica
poción y el las quería para su familia.
La muerte
había decidido y no podía cambiar de elección aunque ella así lo quisiera. Pues
ya no era su decisión la otra opción era tener Ilse Karina Jiménez Lunauna
muerte en la plaza del lugar y ser quemado vivo. La muerte le dijo que no lo
dejaría morir así. Su mujer vio que era tarde y Macario no llegaba y fue con
unos hombres a buscarlo. Fue hasta la parte más profunda del bosque. Estaba
muerto y con una sonrisa en la boca pero solo con medio pavo.
Ilse Karina Jimenez Luna
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