martes, 30 de abril de 2013


PEDRO PÁRAMO
Manuel Pedraza

Estructura de la obra
Estructura Externa : Está formada por numerosas secuencias que forman parte de una historia rota y desordenada que el lector debe ir uniendo para desentrañar su mensaje.
Estructura Interna : Aquí se pueden distinguir tres líneas narrativas que a lo largo de la obra se entrecruzan unas con otras:
•          1ª Línea: Son las secuencias referentes a Juan Preciado, narradas en primera persona y con un cierto orden cronológico.

•          2ª Línea: Son las secuencias referentes a Pedro Páramo, narradas en tercera persona y con un agudo desorden cronológico.

•          3ª Línea: Son las secuencias mixtas. En ellas, secuencias de la 1ª línea hacen referencia a hechos de la 2ª.

Aunque parezca evidente, es importante hacer notar que el desarrollo de la narración es mucho más claro cuando el lector comprende que Juan Preciado narra la historia a Dorotea la Cuarraca desde la tumba, hecho que el lector no descubre hasta bastante avanzada la novela, por lo que con anterioridad predomina la historia de Juan Preciado. De ahí en adelante es la historia de Pedro Páramo la que predomina por sobre la de Preciado.
El desorden cronológico de las secuencias, junto a la narración entrecortada y los bruscos racontos, constituyen una exquisitez y una gran perfección técnica, así como una gran innovación en las técnicas narrativas, que dan una nueva, activa y apasionante actitud al lector (es necesario involucrarse para comprender la narración, de lo contrario será muy difícil lograrlo).
El propósito de tal complejidad en la obra quedó declarado por Juan Rulfo, quien confesó que su intención había sido la de “impregnar al lector de la historia de un vivir colectivo, de la relatividad del tiempo humano y de la vecindad entre la vida y la muerte”, temas centrales en la novela, cuya reflexión detenida por el lector es la única clave para el entendimiento de la obra.

Comala
Al analizar esta obra creo que es imposible hacerlo dejando de lado el ambiente en que esta se desarrolla, Comala. Rulfo obtuvo el nombre del escenario de esta novela de una derivación de la palabra “Comal”, que significa “recipiente de barro que se pone sobre las brasas” (cita textual). Así consiguió simbolizar en Comala una atmósfera asfixiante, un lugar que se haya sobre la boca del infierno, que es en realidad la antesala de éste o el purgatorio sobre el que penan las almas culpables.
El lugar en sí es también una síntesis de muchos pueblos de la tierra de Rulfo, y sus características son comunes a todos ellos: el caciquismo, la desesperación, el calor sofocante, la despoblación, etc.
Podemos hablar de tres Comalas o tres versiones del mismo pueblo:
Comala Paradisíaca : Esta es la Comala que evocaba Dolores Preciado, la que añoraba y a la que suspiraba por volver. Estas añoranzas y evocaciones que contó a su hijo Juan Preciado en largas conversaciones a lo largo de su vida, hacen que éste cree la ilusión de un lugar al cual pertenecer, donde encontrar un sentido a la existencia, de hallar lo que le pertenece y el cariño de su padre.
Comala de Pedro Páramo: Esta Comala simboliza el reino del poder tiránico, tan común en los espacios rurales mejicanos. Es un lugar donde la violencia, la injusticia, la degradación, la alienación, la locura y la desesperanza son lo único a que están acostumbrados sus habitantes. El destino de esta Comala aparece ligado al de Pedro Páramo, y por ello, condenado a la soledad y la destrucción.
Comala Infernal: En cierta manera es un mundo mítico, pues los fantasmas no son algo que podamos considerar “real”, pero es la realidad: Comala es un infierno desierto sobre el que se pasean las almas en pena de los difuntos, condenados a revivir un pasado horrible o torturados por el remordimiento. Nada queda ya de la Comala paradisíaca o la de Pedro Páramo, sino que ahora el lugar está prácticamente despoblado, por lo que es un infierno.

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